La pantalla me quema los ojos. Es mi turno y muevo una pieza sin pensar. Mi rival responde con un castigo inmediato. Estoy jugando al ajedrez y todo me sale mal. ¿Cómo puede ser que algunos días cometa un error tras otro y otros días todo fluya sin esfuerzo?
En mi caso, el TDAH no solo afecta mi juego de ajedrez, sino también otras áreas de mi vida. Pero descubrí una técnica que ayuda a mi mente a funcionar mejor cuando más lo necesito.
Esta técnica de preparación mental ha demostrado ser efectiva, no solo para personas con TDAH.
La Investigación de la Clínica Cleveland sobre Visualización y Fuerza Muscular demonstró que los participantes que solo imaginaron levantar pesas aumentaron su fuerza muscular en un 13.5%.
La Ciencia de la Preparación Mental
Cuando visualizamos una actividad, el cerebro activa las mismas áreas que si estuviéramos realizándola realmente. Esto hace que en futuro sea más fácil repetir la acción que nos imaginamos, incluso puede ser útil para dar la vuelta a un periodo donde parece que todo todo va mal (si no lo hiciste, lee el artículo sobre el Positive Momentum: RESULTADOS EXTRAORDINARIOS – La técnica para conectar con tu potencial)
Un estudio realizado por la Universidad de Chicago sobre el Entrenamiento Mental en el Deporte experimento mostró que los atletas que practicaban mentalmente mejoraban en un 23% en comparación con aquellos que no lo hacían. Este resultado respalda el poder de la visualización en el rendimiento, ya que visualizar fortalece las conexiones neurales y nos ayuda a estar más preparados al momento de actuar.
Guía Paso a Paso para la Visualización
- Encuentra un momento de calma antes de comenzar tu tarea o actividad.
- Cierra los ojos y respira profundamente un par de veces para centrarte.
- Visualízate en la situación, como, por ejemplo, frente al tablero de ajedrez, calmado y enfocado.
- Imagina que tomas decisiones estratégicas sin apresurarte, por ejemplo eligiendo cada jugada con cuidado.
- Visualiza cada movimiento, pensando antes de actuar, y considerando tus opciones.
- Observa cómo mantienes la calma incluso si la partida se vuelve difícil.
- Imagina cómo terminas la partida de manera calmada y deliberada, habiendo controlado el impulso de actuar rápidamente.
- Reflexiona: Al terminar, observa como este ejercicio afectó tu rendimiento y como te sientes en este momento. De esta manera reforzarás el hábito.
Consejos para Practicar la Visualización
- Ejercicio Rápido de Visualización para Probar la Técnica:
- Ponte de pie, extiende los brazos y apunta los dedos hacia el frente. Sin mover los pies, gira el cuerpo hasta que no puedas girar más y fíjate hasta dónde has llegado.
- Vuelve a la posición inicial, baja los brazos y cierra los ojos. Imagina haciendo el mismo giro, visualizando cada parte de tu cuerpo y sintiendo los músculos que se tensan. Ahora imagina que puedes girar incluso más allá. Imagina como vas dando una vuelta tras otra hasta llegar a 5 vueltas.
- Abre los ojos y repite el movimiento. ¡Notarás que giras mucho más lejos! Este ejercicio demuestra que, en solo 30 segundos, la visualización ayuda a mejorar tu flexibilidad y rendimiento. ¿Imagina lo que podría hacer antes de una tarea importante?
- Ejemplos de Uso en Actividades Comunes:
- Antes de entrar a una reunión: Visualiza cómo deseas comunicarte y el resultado positivo que buscas.
- Antes de ordenar o limpiar la casa: Imagina un espacio ordenado y el sentido de logro al terminar, te ayudará a comenzar con más motivación.
- Por la noche: Imagina como por la mañana siguiente te despertarás y empezarás a entrenar. Visualiza cada acción que realizarás desde el momento que abrirás los ojos.
- Consejo para Superar la Falta de Tiempo: Dedica solo 2 minutos para practicar. Encuentra pequeños momentos en tu día, como antes de levantarte, mientras esperas el café o durante tu camino al trabajo. Integrar pequeños ejercicios de visualización en estos ratos libres puede ayudarte a mantener la consistencia.
Ahora te toca
La visualización se puede aplicar en cualquier actividad o hábito.
Puedes practicarla al final del día para imaginarte entrenando, o como hice una vez al imaginar que destornillaba un tornillo que parecía imposible de mover.
Cerré los ojos, visualicé el esfuerzo en los músculos y en los dedos mientras iba destornillando, incluso imaginé como de repente toda la presión del tornillo se anuló.
Al abrir los ojos y volver a intentarlo, ¡funcionó!
Así de poderosa es esta técnica, capaz de convencer al cerebro de algo nuevo.
Pruébala antes de tu próxima tarea importante y cuéntame cómo te fue.
¿Estás listo para darle a tu mente el impulso que necesita?”